Termina una Semana Santa más,
la de este año 2012. Las previsiones atmosféricas no se han terminado de
cumplir, por suerte. Y ha sido una Semana Santa, a pesar de todo, tranquila.
Novedades, las justas. La crisis económica y el alto listón establecido por las
propias cofradías pueden ser causa de no haber incorporado nada nuevo. Aunque no es menos cierto que sacar una
procesión a la calle cuesta mucho dinero y en los tiempos que corren es una
“gran novedad”. La Cofradía del Perdón ha sido la valiente y ha apostado por
varias innovaciones y mejoras, de las que luego daremos cuenta.
Todo se ha desarrollado con
normalidad y sin necesidad de resaltar algún incidente, pero esta Semana Santa
ha dejado a visible varias cosas. En primer lugar nadie negará la estética y
belleza de una procesión por el casco histórico. De forma especial en las
calles del Ángel, Santa Justa, Marqués
de Arneva, Francisco Díe y Santiago hasta llegar a Monserrate. Se trata de una
zona monumental. De estrechas callejuelas. Donde los ecos de las bandas de
música y tambores resuenan en la cercana peña. La luz se hace más tenue y
envolvente. La densidad de público, y por ende el jolgorio, es menor. Pero hay
un par de problemas que deberían solucionar las autoridades: los cables al aire
que salpican el recorrido (prácticamente desde el inicio de la procesión) y el deficiente (por el desgaste o por su mala
ejecución) adoquinado.
Las cofradías han ido
desarrollando sus “traslados” hasta el Santuario de Monserrate para, desde
allí, realizar la “Procesión” que tiene base histórica y sentido pleno en la
cronología de la pasión.
El Domingo de Ramos por la
tarde los Armaos se lanzaron a la calle. No podían esperar. Orihuela los
reclamaba y ellos se dejaron querer. Estaban de estreno. Sus cargos para esta
Semana Santa y la siguiente lucían sus mejores galas, y es que era Domingo de
Ramos y como manda la tradición y el refrán,
había que estrenar. La nota
emotiva la puso el padre del Emperador José Luis Agulló, que a pesar de haber
pasado más de quince días hospitalizado se encontraba en plena forma realizando
fotos con el móvil a su hijo. Hay que decir que D. Antonio Agulló, emocionado
padre del emperador, tiene 95 años y nadie pudo seguirle el ritmo. La Centuria estrenó dos banderines nuevos
correspondientes a la Junta Mayor y a la
Cofradía de la Cena.
Las Mantillas hicieron su
puesta de largo para acompañar a la Virgen de los Dolores. La primavera oriolana y la protagonista lo
merecían. Trajes negros. Mantilla y peina. Luto español. Las mujeres oriolanas
se eclipsaron para dejarle paso a Ella. Este año las concejalía de turismo ha tenido
el acierto de que Ntra. Sra. de los Dolores sea imagen central de la campaña de
promoción de la Semana Santa.
La tarde clara dejó paso a la
noche negra y morada. Zalamea y Azotes pusieron en las calles sus imágenes
titulares y sus nazarenos. Una procesión que cada año sobrecoge y aumenta en
penitentes. El paso del Cristo de Zalamea en
silencio, roto por el chasquido metálico de los mozos de los portadores,
es una sensación única y escalofriante.
Poco a poco se iba llenando el Santuario de la
Patrona de Orihuela de imágenes, cirios, tronos, banderas y de un intenso aroma
a flores que perdurará en este templo rabalochero durante varias semanas.
El Lunes Santo la Cofradía de
la Samaritana y la Hermandad del Prendimiento realizaron una procesión que cada
año mejoran y superan. Orden y participación fueron las notas dominantes. Las
esculturas de los cinco grupos escultóricos, de forma especial las de Federico
Coullaut-Valera, hablaban por si solas.
La Samaritana volvió a deleitarnos con la presencia de los militares
(que pronto marcharán a Afganistán) de la III Bandera Ortíz de Zárate de Javalí
Nuevo (Murcia) y el paso de la Negación de San Pedro (Prendimiento) pudo ser
estrenado y completamente terminado Lunes Santo.
El día de las novedades fue sin
duda el Martes Santo. La Cofradía del Perdón ha estado realizando durante los
últimos cuatro años una auténtica
renovación. En los pasados 2009 y 2010 se restauró la imagen de María Santísima
del Perdón y la de Ntro. Padre Jesús de la Caída, titular de la cofradía. En el
presente año 2012 se ha elaborado un nuevo palio, imitando al anterior, para la
Virgen y la imagen del Cristo del Calvario ha sido sacada a hombros por primera
vez. Más de 50 cofrades han portado a
Cristo crucificado sobre el trono de plata de orfebre granadino Rafael Moreno y
adaptado para tal fin por el malagueño
Antonio Cabra. El Martes Santo no se libró de la lluvia. Mas truenos que
agua pusieron la nota de suspense a primeras horas de la tarde. Enseguida
escampó y todo salió sin problemas. A lo
largo de la procesión se dedicaron varias saetas a los pasos del Perdón. El
Calvario entró con emoción pero sin dificultades en Monserrate.
La tarde del Miércoles Santo
causó sobresaltos varios. Hizo una
mañana bastante buena que acompañó el
trasiego del ir y venir de nazarenos comprando caramelos y preparando los últimos
detalles. Al filo de las cuatro de la tarde
se oscureció y empezó a llover
tranquilamente pero insistencia. Las llamadas y las preguntas corrieron por las
redes sociales y los móviles. La procesión se retrasó una hora y entre pequeñas
gotas y un cielo algo amenazante el Patrón salió de su capilla para cumplir la
tradición de la tarde en la que le “agrada llamarse Padre”. Un ritmo ágil y dinámico marcó una procesión
que habitualmente suele ser más larga, dado el alto número de participantes.
Las previsiones para la noche
del Miércoles no eran mejores. Aunque la tregua dada por el tiempo permitió que
La Cena y El Lavatorio sacaran sus imágenes. Sin embargo a eso de la una de la
madrugada, cuando los pasos del Lavatorio desfilaban por la Calle Francisco Díe
y Santiago comenzó a llover. Rápidamente se procedió a llegar cuanto antes a
Monserrate y resguardar las imágenes. No con la solemnidad habitual con qué lo
hacen pero no faltó el Oriamendi y los vivas a la Esperanza.
Las previsiones meteorológicas
para la recta final de la semana (Jueves, Viernes, Sábado Santo y Domingo de
Resurrección) no eran nada halagüeñas pero al final fueron los días más
espléndidos. El Jueves Santo, tras la celebración de la Misa “In Coena Domini”,
los oriolanos visitaron los monumentos eucarísticos y el Santuario de Monserrate,
donde los Cantores de la Primitiva Pasión “Federico Rogel” interpretaron La Pasión.
La noche del Jueves Santo llegó
sin que nos diéramos cuenta. El cielo azul y despejado de la tarde dio paso a
las estrellas y a la luna, casi llena, del mes de Nisan judío. Multitud de
gente se citó en la Plaza de Santiago, frente a la puerta de la capilla de la
comunión. Poco a poco se fueron apagando las luces, las voces, los relojes.
Todo quedó enmudecido para que las calles de Orihuela recibieran al Cristo del
Consuelo. La sierra, las piedras envejecidas de los monumentos, las calles y
plazas iluminadas con resplandor plateado de la luna.
Y nada más comenzar el Viernes
Santo, a las dos de la madrugada, otro crucificado hizo su aparición en otro
monumento nacional. El Cristo de la Buena Muerte. Queriendo recuperar la
madrugada oriolana, esta hermandad hizo una procesión en la que el aroma a
incienso y vainilla impregnó el ambiente.
Sermón de las siete palabras, miserere y funerales de Henrry Purcell
llenaron unas solitarias calles del viejo casco histórico.
El Viernes Santo despertó
soleado y cálido. Largas colas en Beamut para comprar los últimos caramelos.
Retoques en Monserrate para los pasos. Flores de última hora. Detalles a tener en cuenta. Numeroso público asistió a la Procesión
General. Al filo de la una de la
madrugada se produjo la despedida a Ntro. Padre Jesús.
Tras esto se produjo la vuelta
de las imágenes de la Orden Franciscana Seglar y M.I. Mayordomía de Ntro. Padre
Jesús hasta el Convento de Santa Ana (PP. FF). Una multitud de gente de
diferentes cofradías, anónimos devotos y miembros de la Mayordomía del Patrón
acompañaron a los pasos por el Rabaloche, Capuchinos y San Francisco. Como dice
el Canto de la Pasión “Por ventanas y balcones mucha gente se asomaba…” al paso
del Nazareno. Pasadas las dos de la
madrugada llegaba Ntro. Padre Jesús a su capilla. Allí esperará la próxima
salida, el próximo encuentro con su pueblo.
El Sábado Santo, como le
corresponde a un día con un protocolo muy marcado, fue prácticamente
inalterable. Destacando la bondad y emotividad del discurso del Caballero
Cubierto 2012, Andrés Javaloy Gea, tan comprometido social y cristianamente
como su propia vida.
El riguroso protocolo y
estricto luto del Santo Entierro dio paso a la blancura y alegría de la Resurrección. Este año
celebraron el 25 aniversario desde su fundación. La celebración de la Vigilia
Pascual fue en la Parroquia de las Santas Justa y Rufina. Tras esto se produjo
la procesión y Santo Encuentro en la Plaza Nueva. Allí, como manda la
tradición, desde 1997 un niño o niña de la Hermandad le quita el puñal a la
Santísima Virgen Dolorosa y se
produce el momento del encuentro con
Cristo Resucitado.
La mañana del Domingo estuvo
marcada por el ruido frenético de los tambores anunciando la Resurrección de
Jesús y el traslado de las imágenes hasta sus lugares correspondientes.
Así terminó una Semana Santa
más. Otra, pero diferente a la del año pasado y al del que viene. La que hemos
vivido en el presente y que ya es historia. La que llenó las calles y plazas de
gente y algarabía, de caramelos y
silencios, y de la que sólo quedan recuerdos.
Ahora manos a la obra para la próxima Semana Mayor del 2013.
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