sábado, 19 de marzo de 2011

Besapié 2011





Múltiples son las formas de devoción popular que se dejan entrever, con más frecuencia, en este tiempo de Cuaresma. El pueblo y los símbolos van unidos. La gente sencilla, desde la antigüedad, ha mostrado su veneración ante la divinidad de muchas maneras. Besapié, besamanos, oraciones, novenas, velas, exvotos... han plagado las capillas y los altares de las devociones más populares de la cristiandad.




La veneración de las imágenes, sean pinturas, esculturas, bajorrelieves u otras representaciones, además de ser un hecho litúrgico significativo, constituyen un elemento relevante de la piedad popular: los fieles rezan ante ellas, tanto en las iglesias como en sus hogares. Las adornan con flores, luces, piedras preciosas; las saludan con formas diversas de religiosa veneración, las llevan en procesión, cuelgan de ellas exvotos como signo de agradecimiento; las ponen en nichos y templetes, en el campo o en las calles.

Sin embargo, la veneración de las imágenes, si no se apoya en una concepción teológica adecuada, puede dar lugar a desviaciones. Es necesario, por tanto, que se explique a los fieles la doctrina de la Iglesia, sancionada en los concilios ecuménicos y en el Catecismo de la Iglesia Católica, sobre el culto a las imágenes sagradas.

(Directorio sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orientaciones. Congregación para el culto divino y disciplina de los sacramentos. Ciudad del Vaticano.2002)



En Orihuela hay varias de estas "manifestaciones" populares pero sin duda alguna la de mayor importancia es la del tradicional besapié a Ntro. Padre Jesús Nazareno. Se calcula que entre 10.000 y 12.000 personas han acudido a esta cita con el Patrón. La iglesia estaba llena a lo largo de los cuatro oficios eucarísticos que se desarrollaron durante el día. Igualmente los confesionarios, que tuvieron sacerdotes administrando el sacramento del Perdón toda la jornada.




Vertiendo Rubí Sagrado

vuestras Plantas peregrinas

dejan con huellas divinas

nuevo camino formado,

en que aspire el Viador

a eternas felicidades:

perdonad nuestras maldades,

misericordia, Señor.

(Devotas exclamaciones que a Nuestro P. Jesús Nazareno dedica la Venerable Orden Tercera en su capilla del Convento de la señora Santa Ana)














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