jueves, 17 de marzo de 2011

Miradas hacia el pasado...




Son muchas las tradiciones a las que se aferran los pueblos a lo largo de su devenir histórico. Muchas las creencias y muchas las manifestaciones que permanencen, con más o menos cambios, en el imaginario colectivo de un grupo humano.

En Orihuela, no cabe duda, la "palma" se la lleva la sagrada imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno que a lo largo de los cuatro siglos de implantación de esta devoción ha calado de forma importante en la "mente" de las gentes y el paso de generación en generación, como si de una valiosa herencia se tratara, hasta nuestros días.

Hoy por hoy siguen llenándose las calles, plazas, iglesias o "lugares" por los que pasa el "Nazareno". Hoy siguen siendo miles las estampas que se imprimen y reparten. Miles los ojos que se posan en su tierna y dolorida faz. Muchas las plegarias y oraciones. Jardines de flores se forman a sus pies en el lugar en el que se encuentre. Viene a ser un "milagro" la constante devoción a una imagen.

Hoy, sin embargo y por desgracia, ya apenas quedan testigos de aquella obra, atribuida a Nicolás de Bussy, y a la que Miguel Hernández dedicara el poema titulado "El Nazareno". A partir de los restos materiales e inmateriales podemos extraer la importancia de la añeja talla.

Si bien es en el año 1612 cuando se datan las primeras manifestaciones de culto a la imagen de Ntro. Padre Jesús-y que en el año próximo 2012 se celebra el IV Centenario- el Padre Agustín Nieto ofrece la fecha de 1702 cuando se manda realizar una nueva escultura.

Fama y popularidad fue adquiriendo Ntro. Padre Jesús tanto en la huerta, por la cercanía del convento a las zonas del Camino de Enmedio y Puertas de Murcia y por las salidas y predicación constante de los frailes, como en el núcleo urbano de la ciudad a causa de las procesiones y cercanía a la misma.

"Es público y notorio entre los habitantes de Orihuela como su divino Bienechor y Padre amantísimo Jesús es el que les consuela en sus aflicciones, quien les libra de sus peligros, quien les anima en sus trabajos, quien les socorre en sus necesidades, pero principalísimamente cuando se ven afligidos con la esterilidad de los campos por la falta de lluvia; (...)"
Extraído de la introducción de la Novena de Nuestro Padre Jesús, Patrón de Orihuela.

Tras la Guerra Civil española y la necesidad imperiosa de recurrir a Dios en unos momentos de penalidad, material y espiritual, así como el mantener viva la llama de la Fe y recuperar los símbolos identificativos de un pueblo, se decide encargar una nueva imagen al escultor oriolano José Sánchez Lozano, que igualmente se encarga de llevar a cabo la realización de la Virgen de Monserrate (Patrona de la ciudad). En ambas imágenes patronales se encuentra la mano y la "mente" del Sánchez Lozano. No pudo dar rienda suelta a su ingenio, pues tuvo que someterse a los cánones de la tradición iconográfica de ambos modelos, pero dio una solución perfecta y realmente "piadosa" a las veneradas imágenes protectoras de Orihuela.




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